Antecedentes

El valle del río Cauca posee una gran diversidad de climas y paisajes, desde ambientes muy fríos en el Páramo de Las Hermosas, hasta cálidas tierras en las llanuras de desborde de los ríos Cauca y Bolo, que han albergado una variada flora y fauna sirviendo de recurso alimenticio y fuente de inspiración a diversas comunidades prehispánicas, posiblemente desde inicios del Holoceno, a juzgar por hallazgos aislados en Palmaseca y otros sitios, aunque no existen yacimientos arqueológicos estratificados que den cuenta de esa presencia (Rodríguez, 2002: 31) de apropiación de su patrimonio, y el incentivo del ecoturismo, representan el principal programa de vida de Palmira de cara a asegurar un mejor futuro para las generaciones venideras.

La región de la Buitrera

La región de La Buitrera se localiza entre las colinas estructurales, la depresión y las últimas estribaciones de la Cordillera Central, en los municipios de Palmira y Pradera. Presenta una depresión transversal (en sentido norte–sur) de aproximadamente 35 km², ubicada entre los 1200 y más de 1500 msnm, en los corregimientos de La Buitrera y Aguaclara, cuyas características principales se refieren a un clima suave, transicional entre cálido y medio, relativamente húmedo, surcado por gran cantidad de aguas que bajan de las montañas y las colinas vecinas. Sus suelos se derivan de depósitos fluviovolcánicos y coluviales, cuyo relieve y características generales corresponden a los paisajes geo-arqueológicos de la Montaña, Depresión y Colinas (Botero et al., 2007).

Hacienda San Miguel

Hacia principios del siglo pasado, existió una extensa hacienda, que fuera propiedad de la familia Aparicio, quienes después se la vendieron a la familia Gaona. Fue una hacienda ganadera, posteriormente, cuando hubo la bonanza cafetera, cambió su ganado por café y, finalmente, fue una finca cañera.

Los paisajes

El enfoque común se basa en los conceptos y prácticas que analizan las relaciones entre los humanos y su medio ambiente biofísico, social, político y económico, para elaborar modelos ecológicos que den cuenta de esas relaciones, caracterizando los paisajes desde el punto de vista fisiográfico y su manejo social en el tiempo y el espacio (Morán, 1993).

La importancia del estudio del paisaje estriba no solamente en su uso práctico, sino también en su concepción y utilidad social, pues es “producto socio-cultural creado por la objetivación, sobre el medio y en términos espaciales, de acción social tanto de carácter material como imaginario. Esta acción social está constituida tanto por las prácticas sociales, la acción social de carácter intencional, procesos de trabajo, utilización de técnicas, ritos, enunciación de discurso, como por la vida social misma (la acción social no intencional, instintiva, determinada por los imperativos biológicos de la naturaleza humana y por la satisfacción de éstos sin dotar a la acción correspondiente de sentido adicional alguno)” (Criado, 1999: 5).

De esta manera, el paisaje se constituye en un espacio físico o matriz medioambiental, en un entorno social o medio construido por los seres humanos, y en un ámbito pensado o medio simbólico mediante el cual nos apropiamos de la naturaleza.

Los suelos

Los suelos de estas colinas presentan un color rojizo generalizado, profundo, que indica su alto grado de evolución pedogenética, causada por una edad bastante avanzada (las colinas son del Plioceno) y unas condiciones tropicales húmedas prevalecientes durante miles de años, todo esto unido a un cierto grado de estabilidad, cuando la zona estaba cubierta por bosques, y un drenaje libre que permite el continuo lavado de los productos de meteorización de las rocas madres que dieron origen a estos suelos profundos y bien estructurados.

Las texturas dominantes subsuperficiales son arcillo-arenosas, con horizontes muy bien definidos. Se caracterizan por la baja fertilidad natural, alta acidez y escasa presencia de nutrientes en el suelo. Se diferencia muy claramente un horizonte antrópico a 40 cms de profundidad, que en épocas prehispánicas tuvo un grado de utilización medianamente intensivo, estando en concordancia a nivel estratigráfico con el horizonte donde se inician las entradas de las múltiples tumbas del período Bolo Tardío se presentan en el área.

NOTA: Información extractada del libro “Entre valle y páramo. La Buitrera: Una región fronteriza en los municipios de Palmira y Pradera, Valle del Cauca” de José V. Rodríguez, Sonia Blanco e INCIVA
Depresión y colinas de La Buitrera (actual Acuarela). Al fondo (oeste) la planicie vallecaucana.

Conoce nuestro condominio en este video de una vista aérea

Podrás detallar sus espacios naturales, amplias zonas verdes y la calma del sector